Por Nelson Marte
Me siento aludido por el artículo “Terrorismo político”, que publica hoy en Listín Diario la señora vicepresidenta de la República y candidata vicepresidencial del PLD, doña Margarita Cedeño, así firma sus columnas.
Puede que su artículo de hoy no se refiera específicamente a mi en persona sino a quienes en general cuestionamos el hecho de que siendo candidata vicepresidencial del PLD, esté manejando el reparto de comidas y otros beneficios estatales que adquiere el estado con el dinero que pagamos de impuestos los dominicanos de todos los partidos.
Como además de argumentos políticos para defenderse, ella intenta descalificar con rudeza cuestionamientos que le hacemos algunos, me siento obligado a precisarle estos 3 señalamientos:
Doña Margarita tiene mi respeto y consideración por ser mujer, pues creo con García Márquez que en nuestro Caribe en general las mujeres son la civilización, la comprensión y la ternura, y los hombres encarnamos la barbarie, la sinrazón y el odio.
Como esposa y compañera del presidente Leonel Fernández, con quien he compartido vínculos de amistad personal, eso me basta para respetarla además en términos personales.
La respeto también por la prestancia alcanzada como figura pública, lo que es hazaña en un país en que el machismo obliga a la mujer a hacer muchísimas veces más lo que hacen los hombres para alcanzar iguales niveles de reconocimiento público, como el alcanzado por ella.
Resumido ese nivel de respeto y consideración que le profeso personalmente, debo lamentar que doña Margarita escribiera en su artículo que a quienes la cuestionamos -estrictamente en el incumplimiento de la Constitución, la Ley Electoral y la de Función Pública- nos atribuya “maledicencia, engaño, alevosía e ignorancia”.
Los cuestionamientos que le hago a ella o a otras personas NUNCA apelan “a la maledicencia, el engaño, la alevosía e ignorancia”, no porque sea yo un puritano o no tenga la determinación para usarlos como recursos del debate político sino porque soy un creyente en la eficacia de las palabras y argumentos expuestos con altura, decencia y apego a la realidad de los hechos, “los datos de la realidad”, como me enseñó un querido amigo sociólogo.
Puesto lo anterior en su lugar, paso a establecer: No es terrorismo político cuestionar la conducta de la candidata vicepresidencial del PLD sino todo lo contrario: es reclamar respeto al ordenamiento legal, a la normativa que fortalece la institucionalidad, la gobernabilidad.
Según el diccionario jurídico de la Real Academia de la Lengua terrorismo es “ llevar a cabo delitos graves con la finalidad de subvertir el orden constitucional, o suprimir o desestabilizar gravemente el funcionamiento de las instituciones políticas o de las estructuras económicas o sociales del Estado”.
Así, y siendo abogada, doña Margarita debería saber que si algo de terrorismo hay en el debate son sus hechos, porque al ser candidata política, subvierte la legalidad cuando al mismo tiempo dirige los repartos del Plan Social de la Presidencia.
Esa doble función viola la Constitución, que manda a la JCE organizar elecciones libres y justas, lo que no son cuando la candidata oficialista dirige el envío de comidas y bonos a los necesitados que votan.
Viola la Ley Electoral, en la parte que establece los procesos electorales deben ser equitativos, justos, para que ninguno de los candidatos aproveche el ventajismo que significa aprovechar en su favor los recursos del Estado.
Viola la Ley de Función Pública, la cual condena a los funcionarios que aprovechen sus cargos para beneficiarse políticamente.
Para no fastidiarla y por respeto a su persona no le voy a señalar que además subvierte la legitimidad de su participación electoral el ser compañera de boleta de un candidato presidencial al que se ha señalado que dirigió obras estatales sobrevaluadas, del grupo de Odebrecht, que otorgó irregularmente contratos de asfalto por 11 mil 500 millones de pesos, cuando competía deslealmente por la nominación presidencial con el presidente Fernández.
Y que siendo ministro de Obras Públicas otorgó un contrato por mil millones de pesos a una hermana del Procurador, de manera irregular, según documentos presentados al país por el respetado comunicador Marino Zapete.
Con todo respeto, y nada personal, doña.